Ciego de Ávila, otra vez campeón del béisbol cubano
Con una espectacular remontada, Pinar del Río ganó tres juegos consecutivos a Ciego de Ávila, actual campeón de la pelota cubana. Lo que nadie –salvo los impenitentes fanáticos de la escuadra pinareña– creía posible, ocurrió el sábado 16 de abril en el José Ramón Cepero. Con un marcador final de 7 por 3, Pinar del Río empató el play off y obligó a la banca de Roger Machado a jugar el último choque.
Hoy los abridores fueron Dachel Duquesne por Ciego de Ávila y Erlis Casanova por los Vegueros de Pinar. En calma total transcurrió el encuentro hasta el tercer inning. Un boleto seguido por un wild pitch de Erlis Casanova, puso a Yorbis Borroto en posición anotadora. El poderoso swing de José Adolis García no se hizo esperar; conectó un doblete que le dio la primera carrera a Ciego de Ávila.
La ofensiva avileña no pudo ser contenida por el pitcheo vueltabajero. Casanova explotó tras permitir otro doblete de Yoelvis Fiss, para marcar el 2 a 0 favorable a los tigres. Como relevista subió al montículo Vladimir Baños, quien controló a los artilleros de Ciego durante el cuarto inning; pero en la quinta entrada el marcador se abrió peligrosamente con otros tres hits –incluido un cuadrangular de Guillermo Avilés– que pusieron el choque 5 a 0.
Tres carreras más para los avileños llegaron en el sexto capítulo, permitidas por Frank Luis Medina que sustituyó a Vladimir Baños. Pinar del Río no pudo reaccionar y la granizada avileña cayó, en cada turno al bate, hasta abrir una diferencia de 7 anotaciones, sin que los hombres dirigidos por Jorge Ricardo Gallardo lograran descontar, al menos, la de la honra.
El sexto inning fue lapidario para un equipo de Pinar al que le falló su mejor arma, el pitcheo, que no pudo resistir la potente arremetida de Ciego de Ávila. El resto del encuentro fue un efecto dominó. La impecable faena del avileño Dachel Duquesne en calidad de abridor fue pespunteada con hilo dorado por un tremendo relevo de Yenier Cano. Victoria categórica –8 por 0– en propio suelo para los muchachos de Roger Machado, una novena que merece toda la congratulación por haber puesto a funcionar cada recurso del béisbol y haber ganado como se ganan los grandes juegos de pelota: desde la lomita del lanzador.
No puede faltar, desde luego, el reconocimiento para el conjunto pinareño, cuya épica remontada después de haber perdido tres juegos consecutivos, quedará en los anales de la pelota cubana. Una novena que, sin dudas, sintió el desgaste tras la campaña de siete juegos contra el recio equipo de Matanzas; pero no se amilanó ante los actuales campeones.
Ciego de Ávila, doblemente campeón por haber mantenido la calidad de sus jugadores durante todo el torneo y haber dejado al campo a un equipo como Pinar del Río, se alza una vez más con el título de la 55 Serie Nacional de Béisbol. El codiciado trofeo de la pelota cubana quedará en idéntico domicilio –custodiado por una afición de lujo– hasta la próxima edición.