Todavía no está todo dicho en la SNB
Se acabó el calendario regular, y por primera vez desde la aplicación de la nueva estructura, los desafíos pendientes servirán para otorgar el último boleto a la siguiente ronda y no solamente para mejorar el balance de algún clasificado.
El octavo pasajero todavía no tiene nombre fijo, aunque el campeón Pinar del Río tiene todas las de ganar, porque ocupa actualmente ese lugar y tiene cuatro encuentros por celebrar. Lo malo para Pinar es que perdió la subserie particular con Villa Clara, Las Tunas y Sancti Spíritus, los otros que pudieran finalizar en un hipotético y bastante poco probable multiempate con foja de 22 victorias y 23 derrotas.
Para eso los pativerdes tendrían que ganar uno solo de sus cuatro choques, porque dividiendo ya se harían inalcanzables a todos los demás. Como la pelota es redonda y viene en caja cuadrada, no se puede dar por descabellada esta opción, aunque los monarcas de Cuba después del forfeit con Industriales han estado casi perfectos.
Los que no pueden perder son los otros, una sola derrota ya los borraría completamente del segmento decisivo, y esa es la ventaja de Pinar, el único que tiene totalmente su destino en sus manos.
Supongamos que se da lo inaudito. Pues en ese caso serían precisamente los más occidentales los primeros eliminados, por haber perdido las subseries con los demás. ¿Quién sería entonces el octavo pasajero?
Quedaría todo entre Naranjas y Leñadores, porque los espirituanos llevan desventaja en la diferencia de carreras anotadas, el otro aspecto a tomar en cuenta cuando hay más de dos equipos abrazados en una misma posición. Los Gallos necesitarían que los tuneros no estuvieran en este multiempate, y que los villaclareños derrotaran a los pinareños por solamente una o dos carreras, contando con que ellos venzan en su partido aplazado.
Como se ve, está bien enredado todo, pero quien menos milagros necesita es precisamente Pinar del Río. De más está decir que estos juegos serían como de postemporada, con cada plantel apelando a sus mejores serpentineros, en un final de infarto. Nada mejor pudo preverse para este fin de año beisbolero.